Roberto Ochandio, Noviembre 2015
Entre
el 10 y el 13 de Noviembre participé en VII Conferencia
Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales organizada por el
Concejo Latino Americano de Ciencias Sociales, CLACSO.
Hubieron
conferencias, coloquios, talleres, y paneles especiales para todos
los gustos.
La
temática fue amplia y para poder organizarla la dividieron en 14
ejes, cubriendo aspectos tales como “Pobreza y Desigualdad”,
“Violencia, Seguridad y Derechos Humanos”, “Economías y
Alternativas al Desarrollo”, o “Ambiente, Naturaleza y cambio
Climático”. A su vez, cada uno de estos ejes se dividió en
paneles, de los cuales yo participé en uno llamado “El fin de una
época: hidrocarburos no-convencionales y fractura hidráulica,
minería de uranio y exploración petrolera marina”.
En
la sesión de apertura participaron personajes diversos como Lula,
Gustavo Petro (ex alcalde de Bogotá), el alcalde de Medellín, y
Pepe Mujica. También hubieron conferencias magistrales a cargo de
García Linera, Baltazar Garzón, Lucía Topolanski, Cuauhtémoc
Cárdenas, Aldo Ferrer, Boaventura de Sousa Santos, y otros.
Esta
reunión se hizo en el salón principal de Plaza Mayor, con unas 3500
personas adentro y unas 3000 personas afuera del recinto. En total
unos 30.000 participantes durante los cuatro días de la
Conferencia. Impresionante la recepción que tuvieron Gustavo Petro,
el ex alcalde socialista de Bogotá, y Lula. En contraste, al
derechista Aníbal Gaviria, alcalde de Medellín, sólo lo aplaudió
la mamá y medio a desgano.
Petro
creó un programa llamado Bogotá Humana, del cual traje
bastante información. Por lo que hablé con la gente parece que
Petro dejo una muy buena imagen durante su gestión. Sus obras para
restaurar los humedales alrededor de Bogotá y sus cambios en el
sistema de transporte se muestran como ejemplo, entre otras, en la
universidad donde yo estudié en Texas. Sin embargo, su gestión se
complicó al interferir en ciertos negocios inmobiliarios. Por
ejemplo, se opuso a la construcción de una autopista sobre uno de
sus famosos humedales. A partir de ahí le hicieron una campaña de
desprestigio que terminó sacándolo del gobierno de la ciudad. El
nuevo gobierno ya está adjudicando las obras para una de estas
autopistas.
En
cuanto a Lula puedo decir que es un gran orador. Es un motivador
nato, con un estilo muy expresivo y un autobombo impresionante. Un
análisis un poco más calmo de su discurso nos muestra que,
naturalmente, sólo puso énfasis en los logros de su gobierno pero
en ninguna de sus fallas. Por ejemplo, mencionó la creación de
universidades y la reducción de la pobreza, pero no dijo que sus
famosas universidades no tienen presupuesto, y que la investigación
está dirigida a soportar la implementación de proyectos
extractivistas. Durante mas de una hora de discurso al medio ambiente
lo mencionó sólo una vez medio al pasar, pero no elaboró sobre
los graves problemas ambientales del Brasil.
Cuando
vemos la lista de personalidades que participaron de esta Conferencia
nos damos cuenta que CLACSO no es precisamente una organización
revolucionaria. Están alineados con los gobiernos progresistas de
América Latina y les cuesta trascender esos predicamentos. Sin
embargo, el Eje donde yo participé, “Ambiente, Naturaleza y cambio
Climático”, parece que fue la excepción.
Todos
los panelistas en este Eje fueron muy críticos en sus denuncias del
modelo actual, lo cual me permitió hacer contacto con gente muy
relevante para nuestras luchas. Por ejemplo, el geólogo Julio Fierro
y la ingeniera Tatiana Roa, ambos de Colombia, Oscar Campanini del
CEDIB de Bolivia, o Luiz Fernando Scheibe de Brasil.
Colombia
La
situación de Colombia es preocupante. A
principios del 2015 la Administración de Información de Energía
(EIA) de los EEUU informó que si se mantiene el nivel de extracción
de petróleo actual y no se descubren nuevas reservas, a Colombia le
quedan reservas para 7 años más. Esto significa que para el 2022
Colombia quizás ya no pueda mantener su nivel de exportaciones de
petróleo. El auge
de la exportación de petroleo comenzó cuando, hace un década
atrás, se abrió el mercado colombiano a la inversión extranjera.
Básicamente Colombia está repitiendo paso a paso la experiencia
argentina durante el gobierno de Menem.
Al
mismo tiempo, Colombia posee grandes yacimientos de carbón, a lo
largo y ancho de su geografía, a tal punto que es el 5º exportador
mundial de carbón. En el momento que se acaben las reservas de
petróleo el gobierno va a querer reemplazar esos ingresos de divisas
aumentando la producción de carbón.
Por
otro lado, la energía eléctrica en Colombia proviene principalmente
de represas hidroeléctricas, algunas de las cuales ya están
perdiendo capacidad debido a sequías resultantes del calentamiento
global. Cuando las represas ya no alcancen lo mas probable es que el
gobierno quiera construir plantas eléctricas alimentadas con carbón.
Una
alternativa que están implementando en Colombia es la extracción de
gas de manto de carbón (CBM) en la zona de La Guajira. Una vez que
saquen todo el gas de las vetas de carbón lo mas probable es que
traten de sacar el carbón remanente. Otra alternativa es que quieran
implementar el proceso llamado Combustión
Subterránea de Carbón.
Cualquiera de estos métodos es muy contaminante y dejará áreas
inhabitables.
Mientras
tanto ya comenzaron a perforar en el mar Caribe, en áreas de
arrecifes únicos por su diversidad. Esto pone en gran riesgo no solo
a los arrecifes sino a la vida económica de las islas de esa zona.
Pero
los males de Colombia no se limitan al problema energético. Tienen
enormes depósitos de una variedad de minerales, lo cual hace que las
compañías mineras se relaman de placer apoyados por gobiernos
totalmente entreguistas. Tienen tres cadenas montañosas que recorren
el país de sur a norte más los yacimientos petroleros en los llanos
orientales. Una intensificación de las extracciones va a requerir
grandes autopistas y obras de electrificación y cañerías - para
cumplir con los planes del IIRSA - lo cual se hará a costas de
recursos de agua y destrucción de medios de vida tradicionales. Ya
hay proyectos para embalsar los grandes ríos colombianos como el
Magdalena y el Cauca. La energía eléctrica por supuesto se usará
para alimentar a la minería y la explotación de petroleo.
Al
igual que en la Argentina, existe un ocultamiento de todo aquel que
sea crítico a los planes oficiales. Se les cierra las puertas de la
academia y de los medios, al mismo tiempo que se mantiene a la
población adormecida por el consumismo. La invasión de empresas
extractivistas es aun mas descarada que en la Argentina, y esto nos
muestra que nuestro panorama puede ser peor que el actual si dejamos
que los candidatos presidenciales continúen con sus proyectos de
entrega del patrimonio.
A
los problemas propios del extractivismo en Colombia se suma la
actividad de grupos paramilitares organizados por las grandes
corporaciones para eliminar la resistencia a sus proyectos. Todo esto
con el aval de un gobierno central totalmente al servicio de
intereses foráneos.
Roberto
Ochandio
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