Sin agua para fracking
Roberto Ochandio, Septiembre 2015
El
periódico digital Vice News nos informa que el gobierno de British Columbia,
Canadá, le ha cortado el suministro de agua a una compañía petrolera china que
hace fracturación hidráulica en el norte de esa provincia (1).
La
Cámara de Apelaciones Ambientales de British Columbia canceló la licencia para
obtener agua que se le había asignado a la compañía petrolera china Nexen. Esta
licencia le permitía bombear hasta 1,4 millones de metros cúbicos de agua por
año desde el rio Tsea y lago Tsea.
En su
decisión del 3 de Septiembre, la Cámara falló a favor de Primera Nación, de
Fort Nelson, quienes se quejaron que el uso del agua del lago por parte de
Nexen violaba los convenios porque fue hecho sin consultar a la comunidad,
mientras que el proceso de extracción producía problemas ambientales.
La evidencia presentada ante la Cámara estableció que el uso excesivo de agua puede originar efectos adversos en el hábitat de especies ribereñas y acuáticas, incluyendo algunas especies de las cuales Primera Nación depende para el ejercicio de sus derechos.
La jefa
de Primera Nación, Liz Logan, dijo “Nuestros miembros han usado siempre al Lago Tsea de nuestro territorio para
cazar, poner trampas, y vivir de la tierra. La compañía bombeó agua del lago
aún durante épocas de sequía, con impactos mayores en el lago, peces, castores,
y el medio ambiente.”
Mientras
tanto, más cerca de casa, la explotación de petróleo y gas no convencional
sigue a marcha forzada, subsidiada por las escasas reservas del Estado
argentino. A la incongruencia
económica de esta explotación se le suma la pérdida de derechos humanos
elementales como el acceso al agua pura, el derecho a la consulta previa, y el
derecho a territorios ancestrales de comunidades originarias. Con una
actitud canallesca, el gobierno actual, las compañías petroleras, sus voceros
del IAPG, y los medios masivos de comunicación silencian los reclamos de la
población, negando la evidencia de la contaminación y el derroche producido en
esta avanzada extractivista.
Estos
voceros todavía pretenden engañar a la población argumentando que no usan agua
potable para sus explotaciones, cuando las mismas compañías operadoras, en sus
países de origen, no han hallado maneras de minimizar su consumo o impedir la
contaminación.
Pongo en
duda la capacidad técnica de los “expertos” argentinos para mejorar procesos
importados en su totalidad de los EEUU. Específicamente, pongo en duda que los
técnicos argentinos hallan mejorado la fractura hidráulica de manera de evitar
el uso de agua potable.
Recordemos
que la fractura hidráulica se hace sin controles independientes, sin aviso a la
población, tratando de invisibilizar lo más posible estas operaciones. De la
misma manera se oculta el destino que se da a los inmensos volúmenes de aguas
residuales contaminadas.
Todas
las comunidades expuestas a las “bondades” de las compañías mineras canadienses
conocen la forma irresponsable con que implementan sus proyectos. De ninguna
manera queremos implicar que el gobierno irresponsable de Canadá sea mejor que
el gobierno irresponsable de la Argentina. Lo que sí debemos resaltar, una y
otra vez, es la existencia de legislación que reconoce los derechos de
poblaciones originarias a su territorio y modos de vida tradicionales, hoy
afectados por proyectos extractivistas.
Dado que en nuestro país copiamos con gusto los modelos extractivos aplicados en los países centrales, también deberíamos copiar y aprender de ellos el reconocimiento efectivo de derechos humanos aquí ignorados.
(1) This
Fracking Company in Canada Can Say Goodbye to Its Water Supply
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