Wednesday, November 18, 2015

Conferencia de CLACSO en Colombia

Roberto Ochandio, Noviembre 2015

Entre el 10 y el 13 de Noviembre participé en VII Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales organizada por el Concejo Latino Americano de Ciencias Sociales, CLACSO.







Hubieron conferencias, coloquios, talleres, y paneles especiales para todos los gustos.

La temática fue amplia y para poder organizarla la dividieron en 14 ejes, cubriendo aspectos tales como “Pobreza y Desigualdad”, “Violencia, Seguridad y Derechos Humanos”, “Economías y Alternativas al Desarrollo”, o “Ambiente, Naturaleza y cambio Climático”. A su vez, cada uno de estos ejes se dividió en paneles, de los cuales yo participé en uno llamado “El fin de una época: hidrocarburos no-convencionales y fractura hidráulica, minería de uranio y exploración petrolera marina”.

En la sesión de apertura participaron personajes diversos como Lula, Gustavo Petro (ex alcalde de Bogotá), el alcalde de Medellín, y Pepe Mujica. También hubieron conferencias magistrales a cargo de García Linera, Baltazar Garzón, Lucía Topolanski, Cuauhtémoc Cárdenas, Aldo Ferrer, Boaventura de Sousa Santos, y otros.

Esta reunión se hizo en el salón principal de Plaza Mayor, con unas 3500 personas adentro y unas 3000 personas afuera del recinto. En total unos 30.000 participantes durante los cuatro días de la Conferencia. Impresionante la recepción que tuvieron Gustavo Petro, el ex alcalde socialista de Bogotá, y Lula. En contraste, al derechista Aníbal Gaviria, alcalde de Medellín, sólo lo aplaudió la mamá y medio a desgano.

Petro creó un programa llamado Bogotá Humana, del cual traje bastante información. Por lo que hablé con la gente parece que Petro dejo una muy buena imagen durante su gestión. Sus obras para restaurar los humedales alrededor de Bogotá y sus cambios en el sistema de transporte se muestran como ejemplo, entre otras, en la universidad donde yo estudié en Texas. Sin embargo, su gestión se complicó al interferir en ciertos negocios inmobiliarios. Por ejemplo, se opuso a la construcción de una autopista sobre uno de sus famosos humedales. A partir de ahí le hicieron una campaña de desprestigio que terminó sacándolo del gobierno de la ciudad. El nuevo gobierno ya está adjudicando las obras para una de estas autopistas.

En cuanto a Lula puedo decir que es un gran orador. Es un motivador nato, con un estilo muy expresivo y un autobombo impresionante. Un análisis un poco más calmo de su discurso nos muestra que, naturalmente, sólo puso énfasis en los logros de su gobierno pero en ninguna de sus fallas. Por ejemplo, mencionó la creación de universidades y la reducción de la pobreza, pero no dijo que sus famosas universidades no tienen presupuesto, y que la investigación está dirigida a soportar la implementación de proyectos extractivistas. Durante mas de una hora de discurso al medio ambiente lo mencionó sólo una vez medio al pasar, pero no elaboró sobre los graves problemas ambientales del Brasil.

Cuando vemos la lista de personalidades que participaron de esta Conferencia nos damos cuenta que CLACSO no es precisamente una organización revolucionaria. Están alineados con los gobiernos progresistas de América Latina y les cuesta trascender esos predicamentos. Sin embargo, el Eje donde yo participé, “Ambiente, Naturaleza y cambio Climático”, parece que fue la excepción.

Todos los panelistas en este Eje fueron muy críticos en sus denuncias del modelo actual, lo cual me permitió hacer contacto con gente muy relevante para nuestras luchas. Por ejemplo, el geólogo Julio Fierro y la ingeniera Tatiana Roa, ambos de Colombia, Oscar Campanini del CEDIB de Bolivia, o Luiz Fernando Scheibe de Brasil.

Colombia

La situación de Colombia es preocupante. A principios del 2015 la Administración de Información de Energía (EIA) de los EEUU informó que si se mantiene el nivel de extracción de petróleo actual y no se descubren nuevas reservas, a Colombia le quedan reservas para 7 años más. Esto significa que para el 2022 Colombia quizás ya no pueda mantener su nivel de exportaciones de petróleo. El auge de la exportación de petroleo comenzó cuando, hace un década atrás, se abrió el mercado colombiano a la inversión extranjera. Básicamente Colombia está repitiendo paso a paso la experiencia argentina durante el gobierno de Menem. 

Al mismo tiempo, Colombia posee grandes yacimientos de carbón, a lo largo y ancho de su geografía, a tal punto que es el 5º exportador mundial de carbón. En el momento que se acaben las reservas de petróleo el gobierno va a querer reemplazar esos ingresos de divisas aumentando la producción de carbón. 

Por otro lado, la energía eléctrica en Colombia proviene principalmente de represas hidroeléctricas, algunas de las cuales ya están perdiendo capacidad debido a sequías resultantes del calentamiento global. Cuando las represas ya no alcancen lo mas probable es que el gobierno quiera construir plantas eléctricas alimentadas con carbón.

Una alternativa que están implementando en Colombia es la extracción de gas de manto de carbón (CBM) en la zona de La Guajira. Una vez que saquen todo el gas de las vetas de carbón lo mas probable es que traten de sacar el carbón remanente. Otra alternativa es que quieran implementar el proceso llamado Combustión Subterránea de Carbón. Cualquiera de estos métodos es muy contaminante y dejará áreas inhabitables.

Mientras tanto ya comenzaron a perforar en el mar Caribe, en áreas de arrecifes únicos por su diversidad. Esto pone en gran riesgo no solo a los arrecifes sino a la vida económica de las islas de esa zona.

Pero los males de Colombia no se limitan al problema energético. Tienen enormes depósitos de una variedad de minerales, lo cual hace que las compañías mineras se relaman de placer apoyados por gobiernos totalmente entreguistas. Tienen tres cadenas montañosas que recorren el país de sur a norte más los yacimientos petroleros en los llanos orientales. Una intensificación de las extracciones va a requerir grandes autopistas y obras de electrificación y cañerías - para cumplir con los planes del IIRSA - lo cual se hará a costas de recursos de agua y destrucción de medios de vida tradicionales. Ya hay proyectos para embalsar los grandes ríos colombianos como el Magdalena y el Cauca. La energía eléctrica por supuesto se usará para alimentar a la minería y la explotación de petroleo.

Al igual que en la Argentina, existe un ocultamiento de todo aquel que sea crítico a los planes oficiales. Se les cierra las puertas de la academia y de los medios, al mismo tiempo que se mantiene a la población adormecida por el consumismo. La invasión de empresas extractivistas es aun mas descarada que en la Argentina, y esto nos muestra que nuestro panorama puede ser peor que el actual si dejamos que los candidatos presidenciales continúen con sus proyectos de entrega del patrimonio.

A los problemas propios del extractivismo en Colombia se suma la actividad de grupos paramilitares organizados por las grandes corporaciones para eliminar la resistencia a sus proyectos. Todo esto con el aval de un gobierno central totalmente al servicio de intereses foráneos.

Roberto Ochandio